17.2.07

Feliz Cumpleaños a Mí


Qué mejor fecha para empezar un blog que un cumpleaños, no? Y qué mejor motivo que el ocio, la distancia de mi hogar y mis amigos.. .y mucho tiempo libre... por ahora.

Pues bien, no quería empezar un blog porque dudaba tener la habilidad necesaria para escribir algo inteligente y/o moderadamente entretenido... hasta que ahorita acababa de leer ciertos escritos dedicados a mi musa y mi novia y dije: Vaya! No están tan mal... así que decidí exponer uno a la crítica externa, si lo leen me dicen que tal, sale?:


22/XII/6

Faltabas Tú…

Por un camino oscuro vagaba, dirigiéndome al espacio de mi presentación, girando por las calles hasta entrar a los lares universitarios. Mientras caminaba el duro pavimento lentamente pensaba en cierta mujer que habitaba mis más recónditos sueños… y mientras lo hacía el arbotante que sobre mí iluminaba con su aparatosa luz amarilla dejó de brillar. Me explicaré, una de mis habilidades secretas es el poder de apagar y prender involuntariamente las luces mercuriales mientras paso bajo ellas. Y así, en la oscuridad momentánea tenía un silencio delicioso, seguido luego del arrullante sonido del viento, mezclado con el suave dolor que la decembrina provocaba sobre la piel en mi tranquilo rostro y mis entumidas manos, anunciando tal vez la posibilidad de lluvia, o con suerte, blanca nieve.


Un viejo instinto me hizo doblar el cuello para poder admirar el cielo nocturno, hermoso aun a pesar de que las luces de la ciudad opacaban casi todas las estrellas. El viejo cazador seguía ahí, Orión y su sabueso, el arco y la espada, recordándome, probablemente que los grandes héroes nunca mueren, nunca dejan de brillar.


Y así, mirando hacia el Celeste seguí mi camino mientras veía el vaho de mi boca hacer deleitosas figuras fantásticas que iba dejando atrás, haciéndome sentir como una antigua locomotora o un dragón humeante dejando azufre a su paso. Al entrar, mientras pasaba por un pequeño parque y sin aviso, una escena increíble se presentó para la euforia de mis sentidos.


La noche había caído por completo y así gracias a mis habilidades o tal vez por meras coincidencias (que tu y yo bien sabemos son cosas inexistentes) todos los árboles a mi alrededor se prendieron de luz, llenos de pequeños puntos blancos, luminosos, hermosos que alumbraban mi cuerpo y mi alma. Cada árbol, cada, rama, cada arbusto, hasta el pasto parecía decorado con millones de bombillos serpenteando y haciendo silenciosas figuras entre la arboleda. Me sentí como un niño de nuevo, como si hubiera entrado en un hermoso sueño o en las páginas amarillentas de un antiguo libro de cuentos y fantasías que algún estereotípico abuelo solía leer a sus soñadores nietos. Tal vez era un sueño, tal vez era solo el vapor de mi aliento que empañaba los vidrios de mis anteojos y refractaba las luces decorativas que los altos mandatarios de la universidad habían decidido colocar para honrar las festividades decembrinas, y las hacia parecer el halo enigmático de miles de hadas que habitaban en aquel bosque encantado.


Yo prefiero creer que era un sueño… pero… ¡pero no podía ser un sueño! Porque faltaba algo importante en este hermoso cuadro: faltabas tú para terminar de alumbrar mi asombro, faltabas tú para acompañarme en mi alegría, faltabas tú para ver las estrellas en tus ojos, faltabas tú… faltabas .

- ChatNoir